Un simple recuerdo
Recuerdo un día... de un findesemana cualquiera en la playa, un día de verano con cara de otoño (o al revés, quizás). El día fue agradable, el sol calentaba e iluminaba con igual intensidad, pero una vez cayendo al horizonte, las nubes cubrieron cada rincón del cielo y el viento atrajo la lluvia con su suave canto. Y ahí estaba yo, viendo las gotas azotarse en las ventanas (cual avión kamikaze) sacrificando su vuelo en un intento por llamar mi atención mientras miraba concentrado los árboles danzando al ritmo de la tempestad, ahí estaba yo disfrutando de la naturaleza y del dulce sonido de los pinos agitándose.
Aquí estoy ahora, mirando otra ventana empañada por el frío, escuchando música mientras el agua cae sobre la ciudad, limpiándola según dicen, para que mañana vuelva a estar como ayer, quizás peor. Pero bueno, es la realidad de Santiago y es el precio a pagar por vivir en la ciudad capital, por tener facilidades que otros no tienen, por vivir encerrados en la rutina y habitar la urbe que no duerme.
----
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
Olvido
Hay cosas que jamás olvidaría, por más que lo intente, basta una palabra (a veces dos, a veces un simple gesto) para desencadenar el recuerdo y revivir aquel momento, aquella historia, esa que nunca recuerdo, pero que (implícitamente) me enseño mucho más de lo que en aquel momento pensé aprender, esa que llegó para no volver a irse, que fue escuchada atentamente por un niño distraído que no recuerda lo aprendido, sino que lo vive a diario.
¿Será que en un intento por descontaminarme de este mundo insano selecciono los recuerdos? Muchas dudas mas escasas respuestas. Sólo sé que el tiempo pasa y nos deja calvos, pero a pesar de todo seguimos siendo nosotros, porque como leí por ahí, todo ya fue, pero fue olvidado.
----
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
Después de la tormenta (siempre sale el sol)
Salí a caminar, esperando quizás volver a verte (já, ¡que iluso!), paré en un rincón poco iluminado y me senté a pensar, o a no pensar, no recuerdo bien. La noche había caído, el sol, vencido nuevamente por la tempestad, se había retirado a descansar, hasta un nuevo día. El frío calaba mis huesos y seguía ahí, tiritando bajo un árbol esperando volver a soñarte, hasta que a lo lejos algo distrajo mi atención, a pesar de estarlo esperando no podía creerlo, estabas al otro lado de la plaza, armada de un paraguas y coloridas botas invernales, disfrutando de la lluvia. Recuerdo que jugabas con un perro, le lanzabas un palo, él iba a recogerlo y lo entregaba entusiasmado, moviendo su cola, como en las películas gringas que tantas veces vimos, esas que te fascinaban, a pesar de saber a cada momento lo que ocurriría a continuación... ¡Qué tiempos aquellos!.
Sigo observándote a lo lejos, ni siquiera sé por qué, pero lo necesito, siento que ya no puedo volver atrás, de pronto veo al perro correr, con mucha prisa viene hacia mí, pareces no notar mi presencia, cada vez percibo más cerca sus ladridos, me estremezco y cierro los ojos, pongo mi cabeza entre las piernas, abrazándolas, de improviso llega, bramando a mi lado me obliga a abrir los ojos, el sol ha vuelto y no hay nubes en un cielo tan azul como el de un lienzo. Me levanto, estuve toda la noche ahí en el árbol, pienso que debería ir a mi casa, lo hago.
Durante el trayecto pienso en que dudo volver a verte nuevamente y mientras subo la escalera ya huelo el aroma del café que me espera, con un poco de malicia para aliviar el frío. Abro la puerta y camino a la habitación, sigues durmiendo ¡qué sorprendente!, pongo el café en el microondas y me siento a ver televisión, hago zapping, nada decente para variar, creo que debo descansar, te veo acostada y pensando en lo ocurrido esa noche, me quedé dormido.
----
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
Silencio
Nada tan escaso y abundante, tan simple y distante a la vez, tan fácil y difícil de obtener (como el amor) ¿No es cierto?.
"No hay silencio en una ciudad y eso es muy duro,...dice una canción, razón no le falta, después de todo, el asfalto nunca calla y esta selva de cemento nos confunde con sus inconfundibles sonidos de civilización, quizás es esa la razón por la que escribo, por la que, en un intento de seguir vivo pongo mi música a todo volumen y me abstraigo, e intento recordar algo, de aquel silencio acallado en esta urbe... mi Santiago, mil veces querido y otras tantas, odiado (u odiado por tantos, como prefieran).
tan duro como vivir con este miedo al futuro"
Sordo quedo al final del día, sordera voluntaria ante el ruido indómito de la ciudad respirando, como queriendo involucrarme en su juego, en su maldita rutina diaria, en moverme como peón, sacrificándome en una jugada de aparente maestría. Sordo por rebeldía, por perseguir a un ideal y después de no encontrarlo, aún sonría.
----
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
Ocio
Siempre existe ese algo interpuesto entre nosotros y nuestra meta a lograr, ¿Será que nos empeñamos en ofuscar la solución?, o más propio del hombre actual, ¿Siempre tuvimos el tiempo para hacerlo?. Es relativo, es conocido, para nadie es incógnito. Hay gente que tiene ganas de vivir pero le falta tiempo, hay gente que vive en el tiempo que cree tener, otros no viven para no malgastar su tiempo. Yo prefiero vivir, el tiempo ya vendrá.
----
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
Soñar despierto
Lo más común es vivir soñando con el mañana, sufriendo con el pasado y quejándonos del presente que no aprovechamos. Es irónico desear un futuro mejor pero no hacer nada por cambiarlo, el mundo no se cambia como la TV, no existe un control remoto de la vida que mejore a nuestro gusto la realidad. Abre los ojos y pregúntate qué haz hecho. Levántate del sillón y cambia el mundo, está en tus manos hacerlo.
Soñar despierto no es malo, pero no te olvides del presente y no te dejes llevar por la aparente realidad de los sueños, después de todo, son sólo eso.
----
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
Mientras escribo
Bueno, así era antes por lo menos, hasta que vislumbre a lo lejos (bueno ni tan lejos) esa llama, nuestra llama, que mientras escribo esto, resiste al implacable viento de la rutina, que espero nunca la apague.
"If you love me, would you let me know"... please.
----
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.